Es muy de agradecer propuestas como la del grupo de Teatro Estepario y su obra "Diálogos", para mi el amateurismo otorga un valor añadido a cualquier expresión artística. El mundo profesional suele viciarse, sin embargo, el amateurismo dignifica la expresión "lo hacen por amor al arte". Amar el arte, dedicarle horas y cariño a cambio de una remuneración muchas veces no tangible, la recompensa en este caso debería venir de la satisfacción del deber cumplido y como no, de compartir, y ya sabemos todos, o deberíamos saberlo a estas alturas, que compartir es amar. Y más cuando la recaudación ha servido para darle un empujón a la creación de escuelas en India a través de la Fundación Vicente Ferrer.
Centrado en la obra en sí lo primero que me llama la atención y posteriormente lo que más me llama la atención de toda la obra es la escena inicial. El mundo evoluciona a una velocidad que dificilmente podemos seguir, la sociedad actual avanza desbocada sin pararse a pensar hacia dónde va y cuál es el precio que está pagando por llegar a ese destino desconocido. Y aunque el universo nos hable, hemos perdido el pulso o la pausa necesaria para intentar comprender qué sucede a nuestro alrededor y lo más importante, qué sucede dentro de nosotros. La escena inicial presenta al protagonista repartiendo golpes al aire vestido de boxeador poco antes de detenerse delante de un espejo. Eso es lo que me llama la atención, tendemos a criticar todos los conflictos externos que nos rodean, pero pocas veces analizamos el más importante de los combates, el que sufren los diferentes "yoes" que conviven dentro de nosotros. ¿Cuando fue la última vez que te plantaste delante de un espejo viéndote a los ojos?, ¿cuando ha sido la última vez que delante de ese espejo te has preguntado si conocías del todo bien a tu reflejo?
Esta obra le pone cara, cuerpo y movimiento a esos "yoes" facilitando la comprensión de sus personalidades en un ejercicio de catarsis para el protagonista H y, por extensión, al público presente. De ahí que considere esta obra "Diálogos", por encima de cualquier adjetivo calificativo, necesaria. Es muy necesaria una obra así en los tiempos que corren, porque el público objetivo al que va destinada engloba todo el arco de edades con sus respectivas crisis existenciales. Pocas veces te habrán resultado tan familiares los sentimientos que golpean tu interior tantas y tantas veces.
No me gustaría entrar a desmenuzar el argumento en sí, prefiero dejarlo abierto a la curiosidad del que esté leyendo este texto ahora mismo. Tan sólo decirle que las interpretaciones de las dos anas, de daniel, eli, iris, iván, jose, maría, ramiro y santi le llegarán ahí. Invitarle a dejarse seducir por el calor de esas interpretaciones, sensibles y cercanas, en definitiva, llenas de cariño. Me gustaría cerrar este texto con unos versos de las soledades de babel de Benedetti: "La soledad es nuestra propiedad más privada / viejo rito de fuegos malabares / en ella nos movemos e inventamos paredes / con espejos de los que siempre huimos" ¡¡Derriba los tuyos!!