En cada uno, en mi, detrás de la cortina de humo del pensamiento, en lo profundo de la consciencia, en la escena secreta de la existencia están ''el tonto y la bailarina''. En griego ''idios'' significa "tomarse por una persona particular", un ser aparte y hasta a veces encima del lote..., y bailar: dentro, en los movimientos del interior. El tonto, a la vista de su experiencia personal, de su ideología de tonto y de todas las historias que se cuenta si mismo, pierde el instante presente. Con sus ojos de tonto, las condiciones ideales nunca están reunidas. Siempre le faltan medios, dinero, posibilidades... nunca tiene lo que quiere, nunca está como quiere... se lamenta sentado en su silla mental... ni pies, ni manos...
A su lado la bailarina hace poco ruido, tan poco que quizás pasa inadvertida. ¿La reconoces? Adora lanzarse desde lo alto, moverse y bailar. Sin que me dé cuenta acompaña al tonto en un paso de dos, le lleva a hacer el spagat, ¡Se pone a su izquierda, al lado del corazón, resopla como un potro, pliega su cintura en una reverencia y en gratitud al mundo que la acoge! Se mueve en planos tan variados y en direcciones tan opuestas que para el tonto seguirla es difícil. Ojalá sea capaz de AMARLA.
Acuarela sobre papel mojado: Donatienne
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