¿La más antigua técnica de meditación, dice?
Sí,
se llama Vipassana, que en pali significa "ver la realidad tal cual
es". En lengua pali hablaba el pueblo llano en India en tiempos de Buda,
y él también.
¿Inventó Buda esta meditación?
No. Se
venía practicando desde hacía milenios, y Buda la rescató hace 2.500
años como técnica para erradicar el sufrimiento, ¡que es el gran
objetivo de Buda!
¿Qué sufrimiento?
Nacer, enfermar, envejecer y morir nos reporta sufrimiento. Pero Buda entendió que ese sufrimiento deriva de la ignorancia.
¿Ignorancia de qué?
Ignorancia
de la realidad tal cual es, de la realidad esencial despojada de
prefiguraciones, prejuicios, juicios, proyecciones mentales... ¡que son
sólo ilusiones!
¿Y se trata de despejar esa ignorancia?
La
despejarás si depuras esas ilusiones y ves más allá de la mente que las
acuña, si saltas sobre esas ideas de las cosas, pertinaces
construcciones del ego. ¡Y hay una técnica para lograrlo, para dominar
el ego!
Explíquemela.
Vipassana:
concéntrate en tu propia respiración, procurando no distraerte con nada
más, siguiendo ciertas pautas... Con esta disciplina, aprendes a
observar las sensaciones de tu cuerpo, a entender tus emociones, ¡a ser
consciente de tu inconsciente!
¿Con qué beneficios personales?
Al
verte con ecuanimidad, verás el mundo con ecuanimidad, sin
condicionantes: dejas de reaccionar con ciego automatismo a las
circunstancias, no te dejas llevar, superas las pulsiones adictivas, las
aversiones reactivas, los bandazos de los deseos, las tensiones
emocionales y físicas...
¿Hay beneficios en la salud?
Yo
tenía úlceras de estómago y dejé de padecerlas. Se alivian muchas
dolencias, y también desórdenes mentales graves. Hoy, como arquitecto,
trabajo con la misma intensidad..., ¡pero con total calma y eficacia!
¿Cuándo empezó con esta técnica?
Me
la enseñó hace 30 años el maestro S.N. Goenka, recién fallecido. Goenka
la heredó del anterior maestro, y este del anterior...
¿Y usted es ahora el sucesor?
Goenka, muy buen amigo del Dalái Lama, enseñó a varios profesores: yo lo soy para España y Portugal.
Cuidado con los gurús...
Aquí no hay gurús: ¡se aprende a ser libre! Y los centros Vipassana no cobran nada.
¿Cómo llegó usted hasta Goenka?
Mi
esposa practicaba esta meditación. Yo soy muy empírico y pragmático, y
era escéptico. Pero al ver en ella los beneficios del Vipassana, decidí
probar.
¿Y?
Al autoobservarme, me sentí como agrupación
de partículas, un fluir vibrante, nada permanente y estable, sin ego.
¡Me impresionó ese vislumbre! Y, como soy empírico y pragmático, seguí
practicando... Y por eso constato que me beneficia.
¿Y hay que creer en otra vida, la reencarnación, el karma, el budismo...?
No
hace falta. ¡Esto no es religión: no hay fe, creencia, doctrina, dogma!
Es una técnica de purificación mental para erradicar el absurdo
sufrimiento, entender el Dhamma.
¿Qué es el Dhamma?
La ley de la naturaleza, el orden natural.
¿Exige seguir alguna conducta?
No matar seres vivos...
¿No mata usted ni una mosca?
Nunca
voluntariamente. Y no robar. Y no intoxicarse. Y no mentir. Y no ser
sexualmente promiscuo. Yo tengo sólo sexo con mi esposa. Y no por
moralina, sino porque eso ayuda a calmar la mente un poco.
¿Y jamás miente?
¡Esto es lo más difícil! Cuando hablas y exageras, ya estás mintiendo.
¿Sigue alguna dieta?
Durante los retiros de meditación, sí lo hago: vegetarianismo. Por lo mismo que antes: eso ayuda también a aquietar la mente.
¿Aconseja esos retiros?
Los
hago un par de veces al año: diez días cada retiro. Sin hablar. Sin ver
tele, sin oír radio, sin leer ni escribir. Los tres primeros días,
observo sólo mi respiración. Y luego, con método, cada punto de mi
cuerpo, yendo de arriba abajo, como un escáner.
¿Y qué siente?
Se incrementa mi sensibilidad para detectar sensaciones más y más sutiles...
¿Hasta qué punto?
Buda
alcanzó la iluminación. Es decir, vivió la realidad tal cual es, sin
sufrimiento. Para empezar, conviene la guía de un profesor.
¿Qué vez ha estado usted más días seguidos meditando?
Sesenta días seguidos. No se puede si no has practicado mucho... Lo importante es incorporar la técnica a la vida cotidiana.
¿Medita en el día a día?
Sí, en casa, una hora por la mañana y otra por la noche, sentado en el suelo, con la espalda recta.
¿Quemo incienso, enciendo velas...?
Olvídate de campanitas, velitas, inciensos, cuencos, ja, ja...: ¡no sirven para nada! Quizá un cojín para el culo.
la contra de la Vanguardia : Martin