Me acuerdo de ese texto de Berger
* Leopardi en el Sentido de la Vista.
- En cuanto uno se mete en un proceso productivo, por limitado que éste sea, el pesimismo total se vuelve improbable. Esto no tiene nada que ver con la dignidad del trabajo o con cualquier otro disparate de ese tipo: con lo que tiene que ver es con la naturaleza de la energía física y psíquica de los seres humanos. El empleo de esa energía genera la necesidad de alimentos, sueño y breves momentos de respiro. Esta necesidad es tan fuerte que, cuando queda saciada, la propia satisfacción, por efímera que sea, genera esperanza en el siguiente momento de descanso. Así es como sobreviven los agotados; la fatiga sumada a un pesimismo total condena a la extinción.
Algo similar sucede al nivel de la imaginación. El acto de participar en la producción del mundo, aun cuando el acto concreto parezca absurdo en si mismo, crea la perspectiva imaginativa de una producción potencial y más deseada. Cuando el los viejos ( ¿ dorados? ) tiempos un obrero de una cadena de montaje, atado a una repetición sin sentido, soñaba con una televisión color o una caña de pescar nueva, era un error explicarlo solamente en términos del consumo o de la dislocación de las esperanzas.
Inexorablemente, el trabajo, dado que es productivo, origina en el hombre una esperanza productiva. De ahí una de las razones por las que el desempleo es tan inhumano. -
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