domingo, 6 de noviembre de 2016

El viejo Olmo | Antonio Machado


Al olmo viejo, hendido por el rayo 

y en su mitad podrido, 

con las lluvias de abril y el sol de mayo 

algunas hojas verdes le han salido. 


¡El olmo centenario en la colina 

que lame el Duero! Un musgo amarillento 

le mancha la corteza blanquecina 
al tronco carcomido y polvoriento. 


No será, cual los álamos cantores 

que guardan el camino y la ribera, 

habitado de pardos ruiseñores. 


Ejército de hormigas en hilera 

va trepando por él, y en sus entrañas 

urden sus telas grises las arañas. 


Antes que te derribe, olmo del Duero, 

con su hacha el leñador, y el carpintero 

te convierta en melena de campana, 
lanza de carro o yugo de carreta; 
antes que rojo en el hogar, mañana, 
ardas de alguna mísera caseta, 
al borde de un camino; 
antes que te descuaje un torbellino 
y tronche el soplo de las sierras blancas; 
antes que el río hasta la mar te empuje 
por valles y barrancas, 
olmo, quiero anotar en mi cartera 
la gracia de tu rama verdecida. 
Mi corazón espera 
también, hacia la luz y hacia la vida, 
otro milagro de la primavera.
Antonio Machado

Un día en Soria:
domingo 6 de noviembre en el Parque de la Dehesa.
Gracias a la Vida

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