La libertad no está para mi en la renunciación.
Yo siento su abrazo en infinitos lazos deleitables.
Siempre estás tú escanciándome,
llenándome este vaso de barro, hasta arriba,
con el fresco brebaje de tu vino multicolor, de mil aromas.
Mi mundo encenderá sus cien distintas lámparas en tu fuego,
y las pondrá ante el altar de tu templo.
No; nunca cerraré las puertas de mis sentidos.
Los deleites de mi vista, de mi oído y de mi tacto soportarán tu deleite.
Todas mis ilusiones arderán en fiesta de alegría,
y todos mis deseos madurarán en frutos de amor.
Rabindranath Tagore: ofrenda lírica 73
Fotografia : En Punta de Couso
Fotografia : En Punta de Couso
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