Amanece tu cielo interior
lleno de nubes,
encapotado tu día
en una sombría aurora;
Párate hermano,
y túmbate a contemplar
las nubes,
(tus pensamientos, distracciones,
sufrimientos....);
Inspira y fija tu mirada en ellas,
y mira profundamente,
se consciente de su forma, su color,
su densidad....
Expira y contempla como se mueven,
¡todo es impermanente!
¡todo pasa!
A cada respiración
la brisa del Espíritu se lleva las nubes,
y en tu espera,
empiezas a ver claros,
un cielo azul,
que en ti habita,
el prístino Reino, siempre presente,
entre nube, y nube;
¡Que maravilla hermano,
contemplar las nubes pasar!
percibir lo que son,
su belleza;
permanecer entre nubes,
anclado en el cielo que nos habita,
el cielo,
de la paz profunda del corazón.
Poema del Desierto : Jorge
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