DEL CORAZÓN DE PIEDRA AL CORAZÓN DE CARNE
El cuento de la mujer esqueleto que encontramos en el libro de Clarissa Pinkola Estès: '' Mujeres que corren con los lobos'' invita a vivir el amor como un renacimiento mutual. En la historia , una joven fue tirada al mar desde muy arriba porque había echo algo que no le gustaba a su padre. Nadie se acordaba exactamente de que se trataba.... porque así pasa: las mujeres están castigadas, tiradas desde lo alto del acantilado por un crimen que los hombres reproban. Eso existió : Actos crueles , miedo del otro , deseo de poder y control de lo que no entendemos.
En el cuento , el acento está en el sentir interior, hay allí una culpabilidad inherente a la psiche, algo que ha sido , paso hace mucho tiempo y donde queda la impresión , que nos deja sin el derecho a existir , a ser creativos , a vivir la parte femenina. El castigo es la exclusión y la muerte.
Que eso sea una vivencia simbólica o una realidad el resultado sera perdida: de vitalidad , miedo a ser, a darse a ver, condenado a vivir en sitios de donde es difícil salir.
En el océano , la mujer esqueleto pierde su carne , su vitalidad , su frescura. Come pescados y su esqueleto no desaparece. Flota como un fantasma. Allí no van los pescadores. Esta cada vez más sola, olvidada.
A veces nosotros también hoy nos podemos sentir como la mujer esqueleto, hombres como mujeres, solos, débiles, pobres, cortados de lo que somos.
Siempre queda algo susceptible de retomar vida. Los ''restos '' testimonian la chispa que los animo, la vida pide volver. La carne empieza a reponerse encima de esos huesos por poco que alguien abre la puerta.
Por poco que un pescador encuentra en el final de su caña un esqueleto todo olvidado, espantoso que va y viene entre las rocas....
Cuando el pescador del cuento se aventura y piensa que tiene un pez muy gordo, se imagina que este le va a garantizar un mejor provenir. Pero en el momento que emerge el cráneo lleno de conchas de la mujer, el pescador se muere de miedo y se va sin darse cuenta que más se aleja, más ata la mujer a su caña y que la trae con el.
Por poco que un pescador encuentra en el final de su caña un esqueleto todo olvidado, espantoso que va y viene entre las rocas....
Cuando el pescador del cuento se aventura y piensa que tiene un pez muy gordo, se imagina que este le va a garantizar un mejor provenir. Pero en el momento que emerge el cráneo lleno de conchas de la mujer, el pescador se muere de miedo y se va sin darse cuenta que más se aleja, más ata la mujer a su caña y que la trae con el.
Nosotros cuando leemos el cuento podemos reír a esa imagen....
En la fuga, la mujer se va nutriendo de lo que encuentra y eso le hace bien.
En la fuga, la mujer se va nutriendo de lo que encuentra y eso le hace bien.
Sale de las aguas. Hacia mucho tiempo que esperaba este momento.
El hombre no sabe la belleza de su presa.
El también tiene que despertar. No es lo que se esperaba: le entra mucho miedo, quiere poner distancia, deshacerse de esta sombra.
Es lo mismo cuando actuamos - en un encuentro amoroso por ejemplo - y pensamos que el otro va a responder a todas nuestras esperanzas, Pero el encuentro es ante todo otra cosa: es afrontar el echo de ser mortal. Y compartir esta realidad.
El también tiene que despertar. No es lo que se esperaba: le entra mucho miedo, quiere poner distancia, deshacerse de esta sombra.
Es lo mismo cuando actuamos - en un encuentro amoroso por ejemplo - y pensamos que el otro va a responder a todas nuestras esperanzas, Pero el encuentro es ante todo otra cosa: es afrontar el echo de ser mortal. Y compartir esta realidad.
En un principio no es nada agradable y lo apartamos.
Pero cuando empezamos a estar realmente sin soplo, nos sentamos cerca del fuego para ponernos a mirar las cosas tal y como son. Estas toman otro rostro.
Así es para el hombre agotado. Cree encontrar refugio en su ''igloo'' y la ve allí a la luz de las llamas. Esta allí. La muerte tiene un rostro de humanidad. La noche suaviza las miradas. Abre los corazones.
La mujer también tiene miedo, de todo lo que ha vivido .... eso puede volver surgir. Ella piensa que puede ser rechazada nuevamente. No es guapa en absoluto en su desnudez: sus huesos dan apariencia de total caos, nada esta en su sitio. Entonces el hombre se acerca con la infinita ternura que se ha despertado en el.
Una ternura maternal, paciente, reconfortante, protectora. Vuelve a poner cada hueso a su justo sitio: Miembros del cuerpo. Miembros de la familia. Miembros de la psique.
Es un momento de infinito amor.
Es un momento de infinito amor.
Desde allí, todo cambia. Todo va retomar vida, vigor, amplitud.
Cuando la mujer coge el corazón del hombre como un tambor y canta, se reactiva la intimidad profunda.
Cuando la mujer coge el corazón del hombre como un tambor y canta, se reactiva la intimidad profunda.
En la inocencia de su sueño el hombre la deja actuar; ella escucha el sonido de su corazón y así reencuentra su propia voz.
Canta palabras mágicas que dan carne a su cuerpo.
Canta hasta volver a ser ella misma y tomar su sitio verdadero al lado del hombre.
En el alba, se dice que sus cuerpos son presentes el uno en el otro después de una noche vivida en el calor y el amor compartidos hasta el hueso del corazón.
El corazón de piedra se transformo en corazón de carne.
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