Leonardo da Vinci ...uno de los hombres más extraordinarios de la historia. Justo antes de iniciar su renombrada obra de arte “La última cena” tuvo
una violenta discusión con uno de sus colegas pintores.
Da Vinci estaba tan furioso y enojado que pinto su adversario de Judas
Iscariote . De esa manera, pensaba Da Vinci, su enemigo sería despreciado por
generación y generación.
Dicho y hecho, tomó los pinceles y lo primero que hizo fue pintar la cara de Judas. Para todos era
obvio que el Judas Iscariote pintado por Da Vinci era idéntico al pintor con quien tuvo la pelea. Pero luego
sucedió algo inesperado. Cuando le tocó pintar el rostro de Cristo, no le salía lo que él tenía en mente. Varias
veces tuvo que borrar lo que había hecho para hacerlo nuevamente, pero por más empeño que ponía, no lograba
plasmar lo que quería. Parecía como si hubiera una fuerza sobrenatural que estaba afectando negativamente su
reconocida destreza para la pintura.
Mientras meditaba en lo que podría estar pasando,seguramente llegó a la conclusión. La razón para no poder pintar el rostro
de Cristo era porque había pintado el rostro de su colega pintor en la figura de Judas. Arrepentido por
lo que había hecho, borró el rostro de Judas Iscariote, y comenzó a pintar una vez más el rostro de Cristo. Esta
vez logró lo que quería. Había quedado plasmado para la posteridad esa formidable obra de arte. Eso es una historia....
La más reciente de 1999, donde varios métodos científicos fueron empleados para restaurar los colores originales y en lo posible, para eliminar los rastros de pintura aplicada en anteriores intentos de restaurar el fresco.
Muchas medidas se han implementado para proteger la pintura al fresco de la deteriorización. Para asegurarse de que el fresco se mantenga a temperatura ambiente, desde la restauración, el ingreso de visitantes se ha restringido a un grupo de 25 personas cada 15 minutos.
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