No solo duele el hambre, la violencia o la pobreza...; a quienes tienen su corazón en Dios les duele también la confusión en que muchos viven, la inconsciencia con que despilfarran sus vidas, la torpeza con que se conducen, el error, la dispersión.... Quien tiene luz está llamado a iluminar; quien es un peregrino, es decir, aquel que tiene un horizonte ,siente compasión de los vagabundos, que van de aquí por allá sin un punto concreto al que dirigirse. Sentir el destino aljeno como nuestro: aí es el corazón sacerdotal.
- Pablo d'Ors 4 de febrero 2017
Palabra y Vida
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