Mis enemigos no se encuentran en el exterior, más bien están en mi interior.
Decidir dejar de ser mi propia enemiga.
Dejar el esclavage en el cual nos mantiene nuestros deseos, nuestra ignorancia de la verdadera naturaleza de la vida.
Tener el discernimiento de ver y poder reír de las propias debilidades. Y transformarlas.
Abrazar, decir si, a la existencia, a lo que esta trae.
SÉNECA A LUCILO :
« No puedes ser feliz cuando vives sólo para ti, cuando todo lo haces en tu propio intéres ».
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